CULTURA MACABEA
"El macabeo siempre estuvo ligado a la tierra, a su entorno natural. Amó al suelo del cual extrajo los recursos y medios para vivir".
No construyó monumentos, levantó templos, sus costumbres y tradiciones están íntimamente relacionadas con la vida en el campo, con la vivienda, alimentos, fiestas, trabajos y manifestaciones de religiosidad.
Agricultor y ganadero por excelencia. Tumbó las montañas y desbrozó el rastrojo. Plantó gramalote para su ganado. Regó maíz y limpió la maleza. En las chacras crecía la yuca, plátano, fréjol, zanahoria, maní, rolaquimba y camote.
Tierra feraz y generosa! la fertilidad de su duelo permitió “sembrar de todo” y cosechar en abundancia.
Se producía para el consumo y se guardaba hasta la nueva cosecha. Sólo se comerciaba el maní, el tabaco y la canela o se cambiaba con utensilios de cocina, ropa o medicamentos tradicionales a los mercachifles que visitaban ocasionalmente.
El trabajo fue como una devoción. Al levantarse con el canto del “lojachico”, al rayar el alba y al descanso con los últimos destellos del sol.
Todo el día en sus labores en su chacra, en el potrero, en el maizal, en la platanera.
Ya de cacería, hilando la soga, cortando la hoja, partiendo la guadúa o limpiando el patio o la casa, cortando caña y moliendo para la miel y la chicha.
Macas una sola familia, una familia grande, de padres, abuelos, hijos, primos, nietos, tíos y compadres. La casa grande rodeada de huertos. El techo de paja, el piso de madera, las paredes de tabla o quincha. Utilizó los materiales del medio: por eso cuidó del unchipo, la guadúa, chonta y la toquilla.
El patio de la casa estaba siempre limpio, el jardín, el cafetal o el cañaveral estaban limitados por cercas de rojo pindo marañon. En sus huertos sembró cebolla, maíz, fréjol, ají, orégano, menta y toronjil. Un poco más distantes, estaban los árboles de zapote, chontas, guayusa y naranjas.
A Macas vino desterrado el General Proaño. Con la ayuda de los macabeos descubrió el Morona y, por él, navegó al Marañón.
Cuando llegaron los cascarilleros y los caucheros Macas había cambiado muy poco. Colombianos y norteños tomaron guayusa y se quedaron, más tarde a los de Riobamba les pasó igual. Todos se quedaron. Los macabeos eran hospitalarios y generosos.
Siguieron a los misioneros inmigraron desde el sur la “morlaquía”. Fueron arrieros, comerciantes, lavaban oro, compraban ganado y sacaron a Guamote. ¡Cuánto sufrimiento transportar el ganado por esos caminos!.