El macabeo siempre estuvo ligado a la tierra, a su entorno natural; amó el suelo del cual extrajo los recursos y medios para vivir.
No construyo monumentos, levanto templos, sus costumbres y tradiciones estan intimamente relacionadas con la vida en el campo, con la vivienda, alimentos, fiestas, trabajos y manifestaciones de religiosidad.
Agricultor y ganadero por exelencia. Tumbo las mañanas y desbrozo el rastrojo. Plantó gramalote para su ganado, regó maíz y limpió la maleza; en las chacras crecía la yuca, plátano, fréjol, zanahoria, maní y camote.
Se producía para el consumo y se guardaba hasta la nueva cosecha, solo se comercializaba el maní, el tabaco y la canela o se cambiaba con utensillos de cocina, ropa o medicamentos tradicionales.
Todo el día en las labores de la chacra, en el potrero, en el maizal, en la platanera. Se cultiva la caña para elaborar la miel en lugar de azucar.
La gente mantiene el patio de la casa siempre limpio, el jardín, el cañaveral estaban limitados por cercas de rojopindo marañon. En sus huertos sembró cebolla, maíz, frejol, maíz, ají, orégano, menta y toronjil; un poco más distantes estaban los árboles de zapote, chontas, guayusa y naranjas.
A Macas vino desterrado el General Proaño, con la ayuda de los macabeos descubrió el Morona, y, por él, navegó al Marañó.